AFINANDO LA PUNTERIA: DUCK HUNT
- kalifa k
- 18 feb 2021
- 6 Min. de lectura

En mi opinión, Nintendo fue y será siempre la compañía con el espectro de juegos mas abierto de la historia, particularmente cuando de NES se trata. Su catalogo tiene títulos para todos los gustos y siempre fue innovadora, sobre todo cuando hablamos de periféricos. Aunque hoy en día es común verlo en consolas como Wii y a pesar de que el genero pierde cada vez mas terreno frente a la ridícula cantidad de FPS y TPS que las desarrolladoras largan como pan caliente, en las décadas del 80 y 90 las consolas trataban con un concepto totalmente revolucionario: llevar las actividades al aire libre a la comodidad de tu living, y Nintendo fue experta en el tema. ¿Querés pescar pero no te gusta el agua? The Black Bass es para vos. ¿Sos fanático de Tiger Woods pero no te da ni para comprar la pelotita? Golf contigo. ¿Querés salir a correr por Avenida Italia pero es 20 de Julio y hay 2 grados bajo 0? Conectá el Power Pad y jugá Stadium Events.
Hoy hace un frío de cagarse, detesto irme de campamento y jamás dispare un arma; sin embargo en El Kalifa Reviews vamos a cenar pato a la naranja. Hoy jugamos Duck Hunt.
CAMPERA CAMUFLADA Y ZAPPER EN MANO
La gran mayoría de los dueños de NES (incluyéndome) aca en Uruguay contaban con el pack Action Set, que venía con la consola, dos controles, la pistola Zapper anaranjada, y el cartucho dos en uno con Super Mario Bros. y Duck Hunt, juego obviamente desarrollado y distribuido por Nintendo en 1984. Y antes de seguir hablando del juego vamos a hacer una escala técnica: hablemos de la Zapper.

Siendo gurí, cuando tenias esta arma en la mano te sentías poderoso, y mas cada vez que apretabas el gatillo y sentías el ¡clan! metálico. El diseño era futurista y tenia estilo; además, cuando veías los dibujitos de Nintendo en el 12, Capitan N: Game Master, y veías que Kevin usaba la misma pistola que tenias en las manos te sentías totalmente realizado. Un dato curioso: la versión japonesa del arma era una representación realista de un revolver; sin embargo el diseño se cambio a la versión futurista (originalmente) gris cuando la consola se lanzo en EEUU por motivos legales, ya que las armas de juguete bajo ningún concepto debían poder confundirse con armas de verdad. Por este mismo motivo también se cambio el color original gris por el naranja chillón. El arma tiene la ventaja de ser cómoda de sostener, pero la contra de que apretar el gatillo requiere algo de fuerza, lo que causa que jugar durante mucho tiempo te agarrote los dedos. Incluso después de rota, la vida útil de la Zapper estaba lejos de acabarse y seguía siendo motivo de peleas: era un excelente arma para jugar poliladron.
Y ahora la pregunta del millón: ¿Cómo sabe la consola que estas apuntando bien y dando en el blanco? Para hacerlo corto y sin entrar en detalles técnicos, la pistola tiene adentro un detector de intensidad de luz. Cada vez que apretamos el gatillo la pantalla se pone negra unas milésimas de segundo y aparece un rectángulo blanco en donde se supone que tenemos que estar apuntando. Si estamos apuntando bien el sensor detecta el cambio de intensidad y la consola interpreta que acertamos. Técnicamente la pistola no dispara nada, es la televisión la que manda la señal. Ingenioso ¿no?. Un dato no menor, la Zapper no funciona en pantallas LCD, por problemas con la velocidad de refresco y otras chácharas electrónicas que escapan a mi conocimiento.

ALGUIEN QUE MATE A ESE PERRO
Como todos los juegos del genero, Duck Hunt es conciso y directo en su propuesta, sin introducción ni nada por el estilo: Hay que disparar y punto. El juego tiene tres modos: Modo A, donde sale un pato a la vez; modo B, donde salen dos patos; y modo C, mas del estilo de tiro deportivo donde le disparamos a discos, y todos se basan en acumular puntos. En cualquiera de los modos de patos la mecánica es la misma, nuestro perro aparece olfateando por el suelo y salta a un pastizal, de donde empiezan a salir patos volando, de a uno o de a dos según el modo, a los que les tenemos que disparar. Cada vez que les damos la cara de los patos es un poema, y caen detrás del pasto. Enseguida vemos al perro que se asoma con el o los patos en la mano. Contamos con tres balas por tanda de patos y cada round es de diez patos, que en principio se muestran blancos en la parte inferior de la pantalla y cada vez que matamos uno se pone rojo. La cantidad mínima de patos muertos para pasar al siguiente round se señala con una barra abajo de donde se indican los patos muertos, y es cada vez más grande a medida que avanzamos en los niveles. El juego es siempre igual en todos sus niveles, lo único que cambia es la velocidad de los patos, que hace imposible pegarles en niveles superiores. Y acá es donde el juego te empieza a tomar el pelo, y no lo digo en sentido figurado, es literal. Cada vez que erramos y el pato se escapa, el perro se asoma por los pastos y se ríe de nosotros, como diciendo "pelotudo, no le pegas a una vaca echada", siendo en este sentido uno de los primeros juegos (si no el primero) en romper la cuarta pared y burlarse directamente del jugador. Es irritante, frustrante, y todos los que jugamos esto le vaciamos un cargador imaginario en la cabeza a ese perro podrido después de la tercera vez que se nos rió en la cara. Todos tuvimos algún amigo que se sabia algún truco para matar al perro que nunca funcionaba, pero por desgracia no hay forma real de matarlo, al menos en la versión original de NES. Pero a no desesperar, que no es imposible si se sabe donde buscar. Nintendo tuvo una época donde lanzo sus juegos en arcade, el Nintendo Vs. System o Vs. Nintendo, y uno de esos clásicos fue Vs. Duck Hunt. Cada cierta cantidad de niveles se accedía a un nivel bonus donde se disparaba a patos y de tanto en tanto, el perro saltaba riéndose... y se lo podía bajar en seco de un tiro. Es cierto que pegarle al perro te hacia terminar el nivel inmediatamente, pero siendo honestos ¿hay algo mas gratificante?. Para aquellos que se quieren sacar ese trauma de la infancia, solo hay que tener un buen emulador de arcades; la ROM se puede conseguir pinchando aca. El juego tiene un famoso glitch que lo hace injugable pasado cierto punto: Una vez pasamos el nivel 99, si es que tenemos la paciencia y el tiempo para hacerlo de un tirón ya que el juego no tiene password, llegamos al nivel 0. Acá los patos van como pedo y es imposible pegarles, a lo que se suma que el perro se ríe de nosotros aleatoriamente sin razón causando que perdamos patos. Acá es game over seguro.
Respecto al modo C, poco hay que decir. La mecánica es la misma, cambiando pastizal por campo, eliminando al perro (gracias a dios) y cambiando patos por discos que se disparan siempre de a dos y se alejan haciéndose cada vez más chicos. A mi parecer este modo es más fácil que el de los patos ya que los objetivos no cambian de dirección tan radicalmente

HECHA LA LEY...
No hay trucos oficiales para Duck Hunt, al menos que yo conozca, por lo que para hacer trampa sin el Game Genie tenemos que ponernos un poco más creativos. Aca es donde mi formación en ingeniería da frutos. El sensor de luz de la Zapper es un fotodiodo común, por lo que para engañar al sistema basta apuntar a una lámpara o bajar el brillo del televisor. El impulso inmediato es pegarse a la pantalla en un intento autodestructivo de pegarle a los patos, pero en términos físicos esto hace al juego incluso más dificil, porque al acercarnos disminuimos el campo visual del sensor; estando más lejos no hay que tener tanta precisión al momento de apuntar como cuando nos pegamos a la imagen.
CONCLUSION El juego es extremadamente simple y directo como para poder decir algo más de el, salvo que Duck Hunt es un icono de Nintendo, y la Zapper es un clásico atemporal; prueba de esto es que le da nombre al periférico correspondiente de Wii. Es un juego diferente, tranquilo e ideal para esos momentos en que no queres pensar en nada, o competir con amigos por el puntaje mas alto. Infaltable en cualquier colección.
¿TENES ALGUNA ANECDOTA CON ESTE JUEGO?
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